El dinero nunca sobra y menos en estos momentos, eso lo sabemos todos, pero entonces ¿hay más formas de mantener motivado al equipo de trabajo? Un trabajador responde principalmente a factores económicos que además puede repercutir de manera indirecta siempre y cuando se perciban como beneficio, pero no son los únicos factores motivantes que se pueden utilizar.
Este conflicto forma parte de una gestión moderna de Talento Humano y son muchos los gerentes y supervisores que tienen que buscar alternativas para mantener una buena motivación entre los trabajadores sin realizar grandes inversiones económicas. Sabiendo que el factor psicológico es algo vital para poder competir en condiciones laborales, a continuación se presentan algunas ideas que pueden aplicarse en las empresas:
1. Fomentar la flexibilidad horaria: consiste en cambiar la gestión del horario; que no tiene por qué significar una disminución de las horas trabajadas y mejorar la conciliación entre vida laboral y personal. A muchos les parecerá una locura aumentar la flexibilidad horaria en estos momentos pero la función motivacional es evidente.
Por ejemplo, los colaboradores podrían preferir hacer una jornada intensiva con una hora o media hora para comer saliendo del trabajo a las 5 o 4:30 de la tarde. En este caso se debería prever la necesidad de habilitar espacios para la comida, lugar, microondas, mesas, sillas, nevera, entre otros.
Por otro lado la conciliación y la flexibilidad horaria son inversiones (hay que olvidar el concepto “gasto” a este respecto) que regresa en forma de eficiencia y compromiso. Por supuesto esta medida requiere un costo (mejor digamos “inversión”) difícil de cuantificar y se tiene que estudiar cada empresa y sector para determinar las formas en las que se podría aplicar.
2. Implantar un sistema de capacitación: la formación aumenta la motivación si se ajustan los temarios y se aplican de forma correcta, sin estrangular al empleado. Generalmente aumenta la autoestima y la motivación además de mejorar la productividad de la organización.
3. Buscar acuerdos con entidades colaboradoras: para conseguir beneficios de bajo impacto económico para la empresa; tales como, descuentos en gimnasios, comidas, guarderías, seguros, transporte, clínicas, educación formal, medicamentos, viajes recreativos, libros, pago del Internet, teléfonos celulares, tarifas telefónicas, computadores, entre otros.
4. Premiar los objetivos alcanzados: los premios por objetivos normalmente son económicos, pero el empleado también podría valorar una retribución en tiempo libre, días de vacaciones o de libre disposición durante el año (con normas, evidentemente). El psicología existe una premisa que dice "Conducta que se premia, conducta que se repite. Conducta que no se premia, conducta que se extingue".
Cuando su equipo se esfuerza por superar una crisis, lo mínimo es reconocer ese trabajo. Si no lo hace, puede que desistan de producir a ese nivel: sentirán que los esfuerzos son inútiles, no están siendo identificados o no les funciona a nivel individual. Por más que desee pensar en la “gran familia” de su empresa, la visión individual siempre está primero y el reconocimiento es una forma de alimentarla de forma positiva.
Los reconocimientos no necesariamente deben ser monetarios (claramente no es la mejor opción en medio de una crisis), pueden ser pequeños regalos, alguna flexibilidad en el horario laboral o una comunicación que llegue a ojos de toda la empresa.
5. Aumentar la variedad en las tareas habituales del trabajador: esta acción puede apoyarse en la formación antes nombrada; pues, permitiría desarrollar nuevas habilidades que por otro lado serían de utilidad a la empresa. Un trabajo rutinario resulta desmotivador, por lo que la variedad en las tareas se presenta como una alternativa positiva. Saber delegar puede ayudar bastante.
6. Creación de desarrollo de carrera: este aspecto tiene un valor motivador importante, al permitir que los colaboradores observen su evolución y se planteen objetivos dentro de la empresa, dado que la gerencia los ha tomado en consideración. No hay nada más desmotivador que la dirección no tome en cuenta los valores y competencias de la gente que integra la organización para ocupar nuevas vacantes.
7. Mejorar la comunicación interna: esta acción favorece la integración del empleado y permite el feedback que fortalece el sentimiento de permanencia. Resulta tan motivador como útil para ambas partes siempre y cuando se realice con honestidad y no como muro de las lamentaciones. Es importante que los colaboradores sepan hacia donde se dirige la empresa y que la dirección escuche a los trabajadores. Por tal motivo, planifique reuniones semanales o quincenales con su gente. Se asombrará de las aportaciones se su gente.
8. Realiza dinámicas que mejoren el ambiente laboral: tales como jornadas de distensión fuera de la empresa o cualquiera que aumente las fuerzas de cohesión de los grupos de trabajo. Entre estas actividades se tiene los equipos deportivos como el softbol, futbolito, basketbol, bolas criollas, dominó, entre otras. Como también dinámicas grupales dentro de la empresa; para ello se debe disponer de 30 a 40 minutos para su desarrollo. Permitir que los empleados sean impulsores de las alternativas es positivo, pues normalmente aumenta su eficacia y la productividad general de la empresa.
9. Sea visible: es hora de implementar una política de puertas abiertas. Esto significa que sus trabajadores pueden acercarse en cualquier momento, con el asunto que crean necesario, para discutirlo con un superior o directamente con la cabeza de la compañía.
Por tal motivo como gerente o supervisor debe estar dispuesto a:
Aceptar quejas.
Responder preguntas sobre el desempeño de la compañía.
Mantener un tono positivo.
Invertir más tiempo en informar y escuchar a la gente.
Haga recorridos por las áreas de trabajo, escuche, mire a los ojos y toque a la gente.
10. Predicar con el ejemplo: es muy habitual en estos momentos que para reducir costos las empresas se vean obligadas a reducir - en algunos casos- los sueldos de sus trabajadores y además se les pida un sobresfuerzo para superar esta situación los antes posible. Esto no es asumible si no se garantiza que los salarios se recuperarán cuando la situación remonte y por supuesto, sin que los directivos reduzcan también sus sueldos. En conclusión, "no prometas lo que no puedas cumplir".
Mantener a sus empleados motivados es una necesidad constante para su empresa, pero en momentos de crisis es esencial. Solo con un equipo motivado puede salir adelante y mejorar las cifras que están haciéndole pasar un mal rato a la organización. Como cabeza de la empresa, de talento humano o supervisor de primera línea, es una tarea diaria y continua, mantener la motivación como una prioridad.
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