“Todo lo que llega a la vida es porque tú lo has atraído.
Y los has atraído por las imágenes que tienes y mantienes en tu mente. Es lo que piensas. Todo lo que piensas lo atraes”.
Byrne Rhonda
Para Brolio (s/f), el pensamiento es una forma de energía de emisión continua, que fluye del alma, a través del cerebro. Es elaborado sin esfuerzo, como expresión natural del alma, y se propaga a través del fluido cósmico universal, pudiendo alcanzar distancias considerables en pocos segundos, diferente de lo que ocurre con el sonido que se propaga a través del aire, a una velocidad de 340 m/s, alcanzando una distancia limitada.
Como expresión del alma, el pensamiento tiene un alto significado en la vida de cada uno; además, el pensamiento continuo con flujo energético incesante, tiene revestido un <<poder curativo o enfermizo inimaginable>>, según el sentido que se le de al mismo.
Si el ser humano pudiese evaluar el alcance de los pensamientos bien orientados, dejaría los círculos ilusorios y poco significativos de ciertos ambientes que lo rodean, y bucearía en las aguas límpidas y puras de los pensamientos rectos, y encontraría condiciones para proyectarse, progresivamente, a planos más elevados de conocimientos, de evolución, de salud, de alegría y de bienestar; visto que esa modalidad de pensamiento constituyen un requisito fundamental para que la persona pueda alcanzar el equilibrio y la armonía de la mente y del cuerpo.
Los pensamientos rectos o positivos de amor, de buen ánimo, de coraje, de aprobación, de fe, son edificantes y promueven la salud, el bienestar, el progreso, la riqueza, la alegría; en fin, todos los bienes de la vida. Por otro lado, los pensamientos impregnados de emociones neutras, son indiferentes. Mas los impregnados de emociones negativas, como los de rabia, de odio, de envidia, de celos, de miedo, de maledicencia, de vanidad, de mentira, de calumnia, de agresividad, son mensajeros del mal, del dolor, del sufrimiento, del fracaso, de la enfermedad, de la desarmonía, en fin, perjudiciales a la vida.
El pensamiento recto es el pensamiento positivo, que se identifica con la energía creadora del Universo. Todo lo que fue hecho por el pensamiento de Dios es recto, siendo contrario al pensamiento negativo que es falso y no se identifica con la obra de la Creación. Del mismo modo, todo lo que fue hecho en el Universo, por el hombre, fue elaborado inicialmente por su pensamiento recto, que expresa la continuidad del pensamiento del Creador.
El pensamiento recto se identifica con la luz, y el pensamiento negativo se confunde con las tinieblas. En ese concepto, las personas que tienen pensamientos positivos viven en la luz, y las que se complacen en los pensamientos negativos viven sumergidas en tinieblas.
Importancia del Pensamiento Recto
Todas las iniciativas humanas del Universo fueron concebidas inicialmente en el pensamiento del hombre. Todas las realizaciones humanas son hechas a partir de un prototipo concebido por el pensamiento, como las artes, la ciencia, las realizaciones tecnológicas, las guerras, las edificaciones, entre otras.
Es importante considerar que el alma preexiste a la formación del cuerpo, y forma parte del organismo humano desde el nacimiento y durante toda su existencia, y continúa existiendo después de la desintegración del mismo, con toda su individualidad.
El alma, a través del pensamiento, ejerce una función muy importante en la vida del ser humano, participando activamente en los fenómenos psicobiológicos, y en todos los acontecimientos de la vida de cada uno.
Aunque sean invisibles, los pensamientos son seres, y pueden ser detectados por medio de recursos propios. Están dotados de la propiedad de ideoplastia y, de acuerdo con las vibraciones positivas o negativas de que puedan estar imantados, producen una impregnación, como verdadera acción hipnótica, en el campo mental de la propia persona y de las personas a las cuales son proyectados.
De esa manera, los pensamientos tienen dos áreas de actuación: la de la propia persona que los emite y la del objeto o persona a quien son dirigidos. Cualquier persona puede perjudicarse con sus propios pensamientos negativos o con los pensamientos de la misma naturaleza dirigidos a sí mismo.
En ese sentido, vale decir que los pensamientos positivos forman, alrededor de la persona que los emite, un poderoso campo fluídico de fuerzas creadoras del bien, que neutralizan o anulan las vibraciones deletéreas a ella dirigidas, mientras que la persona que se mantiene en estado neutro o negativo estará con las puertas abiertas para recibirlas y, por consiguiente, sufrir sus consecuencias.
En conclusión, los seres humanos tenemos un inmenso poder bajo nuestro dominio, solo basta disciplinar la mente para reconducir los pensamientos destructivos, negativos, altamente nocivos a nuestro estado de salud biológica y sicológica. Disciplinarlo en el sentido de aprender a mudarnos de pensamientos, es decir, cuando un pensamiento negativo llega a nuestra mente, inmediatamente reemplazarlo por pensamientos optimistas, de salud, prosperidad, de alegría, de bienestar.
Desde mi punto de vista, ojalá este tipo de información y enseñanza nos fuera impartido en nuestra adolescencia, y formara parte de nuestra educación formal; la humanidad fuera otra y el hombre tuviera otro nivel de prosperidad, no solo material, sino en salud y relacional con los otros seres del planeta.
Los seres humanos somos seres energéticos, y es la calidad de estos pensamientos los que hacen que brillemos, que atraigamos situaciones positivas a nuestras vidas. Tal como decía mi profesor el Dr. Nelson Torres “No necesitamos oro para brillar. Nosotros tenemos nuestra propia luz”, y esa luz atrayente es la generada por la calidad del pensamiento recto que mantenemos en nuestra mente.
Bibliografía
Brolio, Roberto (s/f). Enfermedades del alma. Tra.Johnny M. Moix. Disponible en:
Byrne Rhonda (2007). El secreto. Ediciones Urano CA., Argentina.
Cruz, Camilo (2007). La Ley de la Atracción. Mitos y verdades sobre el Secreto más extraño del mundo. Ed. Taller del Éxito. Colombia.
Torres Jiménez, Nelson (2004). La venganza del inconsciente; Ed: Interprin; Valencia, Venezuela.
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